En 1883, Krakatoa, una isla volcánica de Indonesia, entró en erupción y desató una explosión tan poderosa que se cree que es el sonido más fuerte jamás registrado en la historia. el sonido fue tan poderoso que rompió los tímpanos y causó daños significativos a personas y objetos a una distancia de hasta 40 millas.
Krakatoa, ubicado entre Java y Sumatra, había estado inactivo durante más de 200 años antes de reanudar la actividad en 1883. El volcán entró en erupción con la fuerza de una bomba de 200 megatoneladas el 27 de agosto de ese año, desatando tsunamis de hasta 46 metros (151 pies). ) que causó estragos en las comunidades costeras de lugares tan lejanos como Sudáfrica.
el sonido producido por la erupción alcanzó 172 decibelios ensordecedores en una planta de gas a 160 kilómetros (100 millas) de Krakatoa, según el Museo de Historia Natural. el umbral del dolor humano es de 130 decibelios, y cada aumento de 10 decibelios se percibe como una duplicación del ruido. las ondas de sonido eran tan poderosas a 194 decibelios, el sonido más fuerte posible en el aire, que cambiaron de un sonido perceptible a un estallido de aire presurizado que rompió los tímpanos de los marineros en un barco a 64 kilómetros (40 millas) de la isla.
La onda de choque de la erupción continuó viajando por todo el globo, envolviéndolo tres veces en cada dirección. A una distancia de 4.800 kilómetros (3.000 millas) de Krakatoa, todavía se podía escuchar como fuego de cañón. la onda de presión también chocó con otras ondas de choque, lo que resultó en picos de presión adicionales.
Si bien Krakatoa sigue siendo el sonido más fuerte jamás registrado, se cree que la erupción de Tonga en 2022 es el sonido más fuerte desde Krakatoa. Su estampido sónico se escuchó a 6.200 kilómetros (3.850 millas) de distancia en Alaska, y generó ondas de sonido y tsunamis que viajaron por todo el mundo.
la magnitud del sonido de Krakatoa es difícil de comprender. Sirve como un recordatorio del inmenso poder de la naturaleza y demuestra la importancia de monitorear la actividad volcánica y prepararse para posibles desastres. Esperemos que Krakatoa continúe siendo el sonido más fuerte jamás registrado durante muchos siglos por venir.